Elegir un tipo de acondicionador de aire no siempre es fácil; aquí enumeramos algunos consejos para tu vivienda. en función de los metros cuadrados, las superficies para refrescar y otras características.
Comprar un acondicionador de aire para refrescar la propia casa podría parecer una operación banal, pero no lo es en absoluto. De hecho, son muchos los factores que han de tenerse en cuenta en el momento de la elección. Desde el tamaño de las habitaciones al número de paredes expuestas al sol, pasando por la cantidad de ventanas o de puertas de balcón y por la presencia de balcones que favorezcan la colocación de las unidades exteriores. Por no hablar, además, de que, si se habita en un edifico, también hay que tener presente que existen una serie de limitaciones por lo que se refiere a las modalidades de instalación.
El primer elemento que debe tenerse en cuenta es la superficie de las diferentes estancias para climatizar. No todos los acondicionadores de aire funcionan de la misma forma y, sobre todo, no todos los dispositivos son la solución ideal para cada tipo de ambiente. El objetivo es elegir un acondicionador que, por un lado, garantice el máximo confort residencial y que, por otro, sea muy eficiente, consuma poco y que, consiguientemente, permita un ahorro en la factura.
Como muchos saben, el principal parámetro que caracteriza los acondicionadores de aire es la denominada BTU (British Thermal Unit [Unidad Térmica Británica]), esto es, la unidad de medida que define la potencia del climatizador y su capacidad de enfriamiento. Algunos ejemplos Para una habitación de dimensiones limitadas, entre los 10 y los 15 metros cuadrados, serán suficientes 7.000 BTU/h para garantizar un enfriamiento óptimo. En cambio, para locales más grandes, por ejemplo entre los 40 y los 50 metros cuadrados, se requerirán más del doble (15.000 BTU/h).