Vivimos entre las paredes de nuestra casa más de la mitad de la vida. De ahí que el aire limpio, el calor adecuado y las aplicaciones inteligentes para el control de los ambientes pueden cambiar realmente la vida, para mejor.
La expresión confort residencial ya forma parte de nuestro vocabulario e indica un estado de bienestar al que pueden acceder las personas dentro de un determinado ambiente. Se trata de un estado que depende de una serie de factores, como, por ejemplo, los niveles de temperatura y humedad, la calidad del aire y la intensidad del ruido, y que reviste un papel muy importante ya que pasamos entre las paredes domésticas la mayor parte de nuestra vida. Según un estudio reciente, casi un 55%.
El confort residencial influye sobre todo en la salud de las personas, contribuyendo a una disminución de la aparición de enfermedades y, consiguientemente, a una reducción de los gastos médicos. Asimismo, es muy importante el aspecto ambiental. Y esto es así porque para alcanzar este estado de bienestar es inevitable consumir energía. Simplemente hay que pensar en los recursos necesarios para calentar la casa en invierno y refrescarla en verano, pro también para producir agua caliente sanitaria y garantizar una correcta renovación del aire. Esta es la razón por la que, en un contexto en que los costes de la energía inciden sobremanera en el presupuesto de las familias, poder contar con soluciones para la climatización que utilizan energías renovables es realmente fundamental, tanto para respetar el medio ambiente, reduciendo las emisiones nocivas, como para obtener un ahorro en el recibo.